La alcaldesa y varios concejales repartieron viandas y bebidas por las hogueras de costumbre.
La noche del 2 de febrero volvió a iluminarse con la luz de las candelas o chiscos, como son más conocidos en Escañuela, por la fiesta de la Candelaria. Tan sólo 2 semanas después de los chiscos «sanantones», se repitió el mismo ritual que hace que estas dos tradiciones sean unas festividades casi idénticas.
La alcaldesa de Escañuela, Ana Fernández, y los concejales y concejalas Marién Cuesta, Juan Antonio López, Ana María Jiménez, Juan Espinosa y Esther Torres repartieron, como es habitual, bebidas, aperitivos, pan, chorizos y morcillas en cada uno de los chiscos organizados por el Ayuntamiento: el del Pozo Lavar, el de la plaza de la Constitución y el del parque del Rascacielos.
Decenas de vecinos se concentraron en cada uno de estos chiscos, y en otros más que familias y grupos de amigos organizaron de forma privada, para compartir una agradable noche de fiesta y convivencia al calor del fuego. Los miembros de la Corporación Municipal departieron sobre asuntos de actualidad del pueblo y acompañaron a los vecinos reunidos en torno a los chiscos, en una velada que se alargó hasta entrada la madrugada.
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