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Rosselló, el pueblo más «escañolero» de Lleida.


Joan Andreu Urbano, alcalde de la localidad leridana con orígenes en Escañuela, ha visitado el Ayuntamiento y ha tratado con la alcaldesa, Ana Fernández, los vínculos entre los dos municipios.


El titular de la parroquia de Rosselló y antiguo patrón del pueblo también es San Pedro Ad Víncula.

En la comarca más poblada de Catalunya occidental, la del Segríá en la provincia de Lleida, se encuentra un pequeño pueblo de unos 3.000 habitantes con varios hilos que lo unen a Escañuela. Quizás el más destacable a día de hoy es que su alcalde desde hace justo un año es escañolero. Aunque lo más correcto es decir que el alcalde de Rosselló es hijo de un escañolero. Un emigrado como «aquellos que marcharon por azares de la vida», como reza el antiguo himno de San Pedro. Joan Andreu Urbano gobierna en el ayuntamiento de la localidad ilerdense desde las elecciones municipales de 2023. Es su primer mandato al frente del consistorio. Estos días ha vuelto a sus raíces, al pueblo de su padre, Juan Urbano, quién lo ha acompañado.

La alcaldesa de Escañuela, Ana Fernández, ha recibido en el ayuntamiento a los Urbano y a Judith Teixiné, concejala de Cultura, Educación y Comunicación de Rosselló. Ambos regidores, que se estrenaron en el puesto el pasado mes de junio, han evaluado y compartido su experiencia de este primer año al frente de sus respectivas alcaldías. Fernández y Joan Andreu Urbano han constatado que los problemas, preocupaciones y demandas de los vecinos son muy similares en ambos municipios (que además tienen un término municipal de una extensión casi similar: en torno a los 10 km2) y también comparten objetivos: que es atender y solucionar lo antes posible esos problemas, preocupaciones y demandas de los habitantes de los dos pueblos.

El alcalde de Rosselló ha visitado en Escañuela a su familia, su tía Ana, y los lugares por los que transcurrió la infancia de su padre. Juan Urbano dejó Escañuela con apenas «8 o 9 años, no me acuerdo. Me fui pequeñito», recuerda. Era el final de la década de los 40. El destino de sus padres fue Cataluña al igual que el de decenas de escañoleros en esa época. «Allí todo fue muy duro y hasta que la vida se encarriló también nos costó lo nuestro. Yo me coloqué en una fábrica de papel y esa fue mi suerte», cuenta Juan Urbano a la alcaldesa de Escañuela, «Me gusta mucho venir a Escañuela y de vez en cuando le hago una visita a mi hermana. Aquí mucha gente me saluda por la calle pero yo ya no recuerdo a todo el mundo, ¡qué tengo ya 81 años!»

Un patrón en común: San Pedro Ad Víncula

En el encuentro de los regidores escañolense y rossellonenc se ha tratado otro asunto que en el ámbito cultural y religioso hermana de alguna manera a los dos municipios: la devoción por San Pedro Ad Víncula. Josep María Escorihuela Pujol, párroco de San Pedro Ad Víncula de Rosselló, confirma vía telefónica que el municipio es el único de la diócesis de Lleida con un templo dedicado a la advocación de San Pedro encadenado. Un paralelismo más con Escañuela, única localidad jiennense con San Pedro Ad Víncula como titular de su parroquia. «La devoción a San Pedro Ad Víncula llegó aquí de manos de los templarios en el siglo XIII», indica mòssen Escorihuela. Según el escritor Isidro Puig, en ‘L’Esglesia Parroquial de Sant Pere «Ad Víncula» de Rosselló’, «la primera referència documental sobre l’església vella (vieja) de Rosselló, està datada el 1637, en una visita pastoral, on es diu (se dice) que el titular era Sant Pere ad vincula (Sant Pere encadenat)». Una información que así consta en el Libro de visitas del Archivo Capitular de Lleida.

Aunque en la actualidad San Pedro Ad Víncula sólo es el titular y patrón de la parroquia, en el pasado también lo fue del municipio. Así lo reseña Isidro Puig en su libro, tomando como fuente las notas de la segunda visita del obispo Manuel Mazías Pedrejon que se guardan en el Archivo Municipal de Lleida: «L’any 1762, el bisbe, D. Manel Macías Pedrejón, va realitzar una visita pastoral a Rosselló i el secretari de càmara va deixar anotat al decret corresponent, del 30 de gener […]Els altars o retaules eren els següents: l’altar major de Sant Pere ad vincula, patró del poble.»

Judith Teixiné, concejala de Cultura, Educación y Comunicación de Rosselló, confirma este dato y asegura que el patronazgo del municipio cambió a la Virgen del Pilar y a Sant Antolí porque «el 1 de agosto, día de San Pedro Ad Víncula, es el tiempo de la campaña de fruta y muchos payeses no podían celebrar la fiesta mayor por estar en las tareas del campo».

Sin embargo, la fiesta de San Pedro Ad Víncula nunca ha dejado de celebrarse en Rosselló. El párroco Josep María Escorihuela relata que es una de las festividades con más tradición en el municipio. Actualmente se celebra el sábado más cercano al 1 de agosto. Y a partir de aquí comienzan las semejanzas con el día grande de la Víncula de Escañuela. La fiesta comienza a las 10 de la noche con el toque de campanas, la misa dedicada a San Pedro Ad Víncula y con la posterior procesión por las calles del pueblo. Una vez acabada la procesión se celebra una verbena en la plaza del pueblo.

Una de las tradiciones más singulares de la festividad de San Pedro en Rosselló son las ‘baules beneïdes de Sant Pere’ (eslabones bendecidos de San Pedro). «Son rosquillas que prepara la Asociación Mariana que simbolizan los eslabones que conforman las cadenas de los pies de San Pedro y que se reparten entre los vecinos del pueblo», relata Jaume Borrero Montijano, teniente de alcalde y concejal de Fiestas, Protocolo y Asuntos Religiosos de Rosselló. Y también de origen escañolero.

Escañoleros en Rosselló

Si, por las venas del número 2 del Ayuntamiento de Rosselló también corre la sangre de hijos de Escañuela. Quizás Jaume (Jaime como lo llaman aquí en el sur) sea más conocido por los vecinos de Escañuela. Sus escapadas a la tierra de su madre son más frecuentes que las del alcalde. Sus motivos son, desde luego, más poderosos: su mujer, Beatriz Pedrosa, también es escañolera y fue en Escañuela donde comenzó su historia de amor. «El destino quiso que me casase con una escañolera».

Jaume y Joan Andreu, el alcalde, comparten la misma historia de la emigración que en la posguerra vació a Escañuela y a la provincia de Jaén (como dato señalar que la provincia de Jaén fue la tercera más poblada de Andalucía, tras Sevilla y Córdoba, con casi 800.000 habitantes en la década de los 50. Hoy es la segunda menos habitada). En el caso de Jaume, su origen escañolero viene de su madre, Manuela Montijano. «Hermana de Antonia del Blas, mi madre emigró primero a Extremadura donde vivía otro de mis tíos. Allí conoció a mi padre. Juntos se vinieron a Cataluña», relata Borrero, «y no fue hasta que yo tuve unos 11 años, en el 74 o el 75, que no fui por primera vez a Escañuela. Bajamos para ver a mi tía Antonia porque habían pasado muchos años que las dos hermanas no se veían. Desde entonces hemos ido siempre que hemos podido y una Víncula, Bea Pedrosa, a la que ya conocía, se cruzó en mi camino».

La vocación municipalista de Jaume Borrero viene de lejos. Ha cumplido 21 años como miembro de la corporación municipal de Rosselló. Ahora con la responsabilidad de ser la mano derecha de otro escañolero. «Trabajar para el pueblo que me vio nacer es muy gratificante aunque creo que tras este mandato municipal ya toca jubilarme», adelanta entre risas el concejal.

La colonia escañolera de Rosselló no se reduce a la familia Urbano y a la familia creada por Beatriz Pedrosa y Jaume Borrero. Hace 15 años que el amor también fijó el destino de residencia de Francisco Javier Gil hasta las tierras del Segriá. Hoy ya es uno más de pueblo, en la provincia leridana tiene su trabajo como miembro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y, como buen deportista, se ha involucrado en la junta directiva del club ciclista. En Roselló ha formado una familia aunque es el miembro de la colonia escañolera al que más le tira la tierra de origen. «Vamos mucho para allá aunque ahora menos por mis hijos pero la Víncula es sagrada». Por este motivo, Francisco Javier Gil aún no conoce la fiesta de Sant Pere de Rosselló. «Mis hijos están locos perdidos por Andalucía y siempre que podemos bajamos. Siempre me recuerdan «que suerte tienes papá por haber nacido en Escañuela».

Francisco Javier Gil con la nueva equipación del Club Ciclista Rosselló.
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